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Crítica. MSG. In the midst of beauty

MSG – “In the midst of beauty” (Inakustik):

Qué lujazo el recuperar por fin al mejor Michael Schenker (parece que muy recuperado de su lucha con sus propios demonios interiores, adicciones y demás), al excelente guitarrista que siempre nos maravilló con sus melodías imposibles y sus composiciones exquisitas, y al intérprete que ha influenciado a tantos y tantos músicos a lo largo de más de 30 años de historia. Y puestos a seguir haciendo alabanzas, nada más y nada menos que el disco supone la reunión con cantante original de la banda, el gran Gary Barden, recuperando el tándem que dio forma a los mejores discos del grupo a principios de los 80, y recuperando ese toque melódico, deliciosamente comercial y cargado de feeling que tenían discos como “Michael Schenker Group” o “Built to destroy”. Es cierto que la fuerza vocal no está al mismo nivel exacto que antaño, pero el feeling, magia y toque personal sigue intacto, y lo cierto es que cuando se une a la clásica guitarra de flecha color tablero de ajedrez de Schenker, la magia surge al instante, y es que joyas como “Competition”, “I want you”, “Na na”, la tranquila balada “Summertime o “Ride on my way” podrían estar perfectamente en los puestos destacados de cualquiera de los reputadísimos discos de MSG y U.F.O. de la historia. Rematando la faena, nada más y nada menos que el gran Neil Murray (ex GARY MOORE, WHITESNAKE, BLACK SABBATH y por supuesto MSG en el pasado entre otros) al bajo, el teclista Don Airey (DEEP PURPLE y ex OZZY OSBOURNE) o el genial batería trotamundos Simon Philips. Por poner alguna pega, se puede echar de menos en algún momento un punto extra de nervio a lo “Armed and ready” o “Attack of the mad axe madman”, o del gancho de “Looking for love”, “Red sky” o “Babe I´m gonna make you mine”, pero vamos, el disco es un lujo y la formación tres cuartos de lo mismo. Es lo que tienen los más grandes, que en cualquier época son capaces de levantarse y recordarnos a todos que gran parte de la belleza de nuestra música sigue saliendo de sus dedos. (David Esquitino)