Interesante mezcla de cartel la que se nos presentaba el pasado martes en Madrid, por un lado la tralla 100% PANTERA de los madrileños INFERNOISE, y la primera visita de los neoyorkinos y particulares TON, banda de culto donde las haya, y de los que nunca puedes saber qué puedes esperar porque no son una banda ni sobre todo unas personalidades al uso.

Decir que lamentablemente no pude ver a INFERNOISE y es ya la tercera vez que me los pierdo a última hora y sinceramente tengo muchas, muchas ganas de verlos, pero el ser entre semana y salir tarde del curro me impidieron llegar a tiempo, Dispusieron de poco tiempo (menos de media hora) y no disfrutaron del mejor sonido de Caracol pero se lo curraron un montón y gustaron a la gente que ya llenaba la sala para ver al peculiar y trastornado (porque este hombre no está nada bien de la cabeza, las cosas como son) Peter Steele y sus secuaces.

Para quien no supiera qué se podía esperar, como yo mismo, hay que decir que el concierto fue raro, muy raro, tremendamente denso, pesado, atmosférico y sonando bastante mal. Quizás los fans acérrimos de la banda sabían a lo que iban y lo disfrutaron pero yo tengo que decir que TYPE O NEGATIVE en directo me parecieron tremendamente aburridos, impredecibles y casi una tomadura de pelo para los que estamos acostumbrados a ver otro tipo de conciertos.

Hora y cuarto de show, con tres parones entre medias, 10 temas en el set list y una banda demasiado marcada en el escenario por la compleja personalidad del líder Peter Steele, quien se preocupa más de hacerse notar (o pasar del concierto, según se mire, porque en varios pasajes exasperó de lo lindo a su propio guitarrista Kenny Hickley con sus “tonterías”). Como digo, una propuesta más que compleja y nada accesible para los no iniciados en la música de la banda y un concierto tremendamente lento, denso, dejando de lado los temas más movidos y conocidos de la banda y centrándose en largos pasajes instrumentales, momentos pesadísimos y graves, y un Peter Steele más que a medio gas, leyendo las letras en un atril, “bendiciéndonos” con vino tinto, rascándose el culo y oliéndose la mano (literal), sentado en un monitor en muchos momentos del conciertos e incluso tocando tumbado en el suelo a modo casi de desprecio hacia su público y el concierto en sí.

Un escenario presidido por un enorme logo de “O negativo” (a modo incluso de prohibido, o al menos eso me pareció a mí) en tonos verdes casi fosforitos y negros, que es lo que predominaba en el resto del escenario (en instrumentos e indumentaria de los propios miembros de la banda), un enorme teclado en el centro tomando el gran protagonismo que el instrumento de Josh Silver tiene en la música atmosférica de TON, la batería directamente en el suelo y a un lado del escenario, justo detrás del guitarrista, y un Peter Steele en el otro lado, con un atril como digo y con esa pose entre vampiro gigantesco y cara de odio y desazón constante que se gasta (de tan exagerado y ese halo de tristeza y locura que transmite en todo momento casi da más risa que miedo).

Tras una intro de inspiración rusa (recordemos que en la portada del nuevo trabajo aparece la cara barbuda de “Rasputín”), diez temas como digo, en los que hubo hasta 3 (creo) de su nuevo trabajo, “Dead again”, destacando un “The profit of doom” más movido (que sí me gustó), y algún tema más conocido como “Anesthesia” del “Life is killing me”, o tres de sus “clásicos” (porque en esta banda esa definición es cuanto menos relativa) como son “Love you to death” (de su genial “October rust”), “Christian woman” o su tema más famoso que es “Black number 1” que cerró el concierto ante la mirada atónita de la mayoría del público ya que no llevábamos ni una hora de tiempo efectivo de concierto. Quizás un par de canciones más como “My girlsfriend´s gurlfriend” o “I don´t wanna be me”, además de algún guiño a sus primeros tiempos menos atmosféricos (incluso algo de CARNIVORE, banda de thrash metal primigenio en la que comenzó Peter) hubieran maquillado un concierto que, sin ser demasiado fan de la banda (todo sea dicho), me pareció flojísimo.

Destacar la actitud positiva en este caso de un Josh Silver (más “Rasputín” que nunca, jeje), y de un buen batería como es Johnny Nelly (aunque la tontería de salir en uno de los parones a pedir “oés” del público durante más de 5 minutos, sonando por megafonía gente coreando amplificada, y hacer que nos grababa –porque la cámara no parecía estar encendida en ningún momento- me acabó pareciendo ridículo).

Supongo que es lo que hay en una banda que no se toma ni su propia música ni a ellos mismos nada en serio, y dónde predomina el humor negro y ácido y ese aura de locura y tristeza que siempre parece traer encima Peter Steele, pero ya digo que, aparte de a los propios fanáticos de la banda, a la mayoría el concierto nos pareció de tercera fila e impropia de una formación con el nombre y la historia que TYPE O NEGATIVE llevan detrás… Bien es cierto que su música y propuesta es mucho más apropiada para oír a oscuras en casa luchando con demonios en lo más profundo de tu alma y buscando una razón para no cortarte las venas o dejártelas largas, pero ya digo que el público y su propia leyenda merecen mucho más respeto, trabajo y actitud que la que Peter Steele (sobre todo) y sus secuaces nos demostraron en directo (David Esquitino)