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Concierto. Y&T. Madrid, 4 de octubre de 2008

Crónica de Y&T en Madrid, sala Heineken, sábado 4 de octubre de 2008

Todavía quedan algunos pocos músicos que siguen creyendo en esto como el primer día, agradeciendo de verdad el apoyo a sus seguidores e idolatrando ellos mismos sus propios temas y disfrutando de su música recordándonos que, al menos de vez en cuando, algunos artistas escogidos siguen enamorados de sus canciones, de su profesión y de poder estar día a día encima de un escenario tocando lo mejor de su repertorio… Y es que el pasado sábado en Madrid volvió a ser una noche mágica, un lujo de show y una verdadera maravilla que te hace seguir deseando ir a conciertos. Lástima que por sorpresa aparecieran con teloneros, los interesantes norirlandeses STORMZONE, que al menos en Madrid no estaban anunciados, lo que hizo que empezaran muy pronto y que muchos, yo el primero, nos los perdiéramos cuando llegamos a la sala a la hora anunciada, las 9 de la noche. Del resto, comentar que esta vez la sala no presentó el llenazo abrumador de la vez anterior, pero hubo una buena entrada que permitió que el ambiente fuera excelente pero no sufrir el cierto agobio que sí que hubo hace un año con la sala hasta los topes.

El comienzo fue a tope con el “Hurricane”, seguido de la pegadiza y excelente “Keep on running” (que siempre fue de mis favoritas), y tras esto nos encontramos con la primera sorpresa de la noche, la movida “Lucy” del “Ten”, que no recuerdo que la hubieran tocado en los conciertos previos en España. Para los temas más melódicos Meniketti cambia su vieja Les Paul descascarillada por su Stratocaster azul, con la que atacó la preciosa “Dirty girl”, transportándonos en una sedosa alfombra mágica más de 25 años atrás, y haciéndonos de nuevo hacer reverencias ante alguien que es increíble cómo lo sigue viviendo, disfrutando él mismo de cada nota y sintiendo y haciendo sentir que estás en el mejor lugar y en el mejor momento posible. Seguimos a medio tiempo con “Don’t wanna loose”, otra sorpresa, para volver a dar caña con la genial “Black tiger”… Hace ya un par de años que recuperaron “Don’t be afraid of the dark”, del “Ten”, para los directos y sigue siendo un acierto, además de la imprescindible “Meanstreak” (y toda la sala botando y coreando), impresionante, aunque mi tema especial siempre será “Midnite in Tokyo”, y una vez más nos la volvieron a regalar, siendo sin duda uno de los momentos más bonitos que se pueden vivir en un concierto.

Seguíamos con ese deje de canciones preciosas con dos lujazos como “Lonely side of town” y “Winds of change”, y es que es increíble comprobar una y otra vez que Meniketti no toca la guitarra, la acaricia, y ésta a su vez responde encantada a tan hábiles manos sobre sus cuerdas de acero. Y mientras Phil Kennemore posando como sólo él sabe hacerlo, a gusto con un cubatita que le ofrecía el pipa de turno… Muy sonriente en todo momento también el eterno compañero de batalla de Dave, también satisfecho de la respuesta de la gente, y es que sin ser el cariño hacia Meniketti, también le reconocemos sin pudor nuestra admiración y él encantado.

Poco a poco el concierto se iba acercando al final, y tras una presentación corta de la banda era el momento de que se luciera un poco el rubio John Nymann con su Fender dorada antes de atacar los cuatro con la divertida “Summertime girls”, que saben que en España siempre gustó mucho, seguida de “Rescue me”, con la voz de Meniketti de nuevo en el cielo. Tras la instrumental “I’ll cry for you” (ni que decir tiene que Dave nos enamoró otra vez), volvían a regalarnos sorpresas, en este caso una roquera “Looks like trouble”, para rematar con la macarra “Squeeze”, cantada por Phil Kennemore (que se lo pasó “como un enano” siendo el protagonista por un momento), y con la banda desatada y sonando superheavy, perfecto camino introductorio para que la inmortal “Forever” pusiera de nuevo patas arriba la Heineken, como se merece uno de los temas clave de la historia del rock.

Tras una breve despedida, todos sabíamos que todavía quedaba algún as en la manga, y esta vez fue la preciosa “I believe in you”, con su emotivo final de saltarse las lágrimas incluido, la que puso el telón de cerrado al teatro de los sueños que es todo concierto de Y&T. Pues poco más que añadir además de que volvió a ser un concierto de 10, y que reitero que si nunca habéis visto aún a la mejor banda en directo que se puede ver en estos tiempos en una sala, seguís sin tener perdón.

Texto y fotos: David Esquitino