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Crítica. Mimo. Para bien y para mal

MIMO: “Para bien y para mal” (Pak/Avispa)

Buen e interesante disco debut el que nos ofrecen estos chicos zamorano/madrileños, cansados seguramente de propuestas típicas y tópicas ofreciéndonos un disco que quizás despista con una portada poco roquera de primeras (a no ser que queramos ver influencias de maquillaje KISS por algún lado) pero que en cuanto lo pinchas te empieza a llamar la atención y acaba convenciendo. El disco es cuanto menos variado, roquero, hardroquero y con reminiscencias muy interesantes según el tema, pudiendo acordarte por momentos de grupos como TAKO, PEDRO BOTERO e incluso SANGRE AZUL y/o los propios HÉROES DEL SILENCIO. Rock directo, básico y sin complicaciones, pero que tiene algo que obliga a escucharlo, un toque sencillo a medio camino entre serio y divertido, triste y alegre (¿por eso se llamarán MIMO?) y que te deja cuanto menos con buen sabor de boca. Desde temas más roqueros y movidos como “Pólvora y cañón”, “Un millón de veces” (más “héroica” aunque el estribillo es totalmente PEDRO BOTERO) o la netamente hardroquera “Ponte en pie”, hasta el toque más serio, sosegado y acariciante de “La rosa” o el medio tiempo “Gramito de viento”, y luego el punto divertido y vacilón de “Historias de ciudad” o la propia “Para mal o para bien”, que te engancha con esos coros gamberros y me ha encantado (especialmente la versión final con las coñas incluidas de Florentino Fernández).

En fin, un disco que no pasará a la historia como el mejor disco que se haya hecho este año en España, para cuanto menos tiene gancho, un toque distinto y buena intención. Tiene clase, calidad y después de escucharlo varias veces se recuerda como un buen álbum, que no es poco en estos tiempos de mediocridad reinante. Eso, para próximos trabajos, estaría bien que se currarán una mejor portada que al menos dejara a las claras lo que hay dentro, que en estos tiempos que recibes tantas cosas, un disco sospechoso de ser popero por las apariencias corre el riesgo de quedar olvidado en el cajón de los “a ver si tengo un rato y los escucho”. (David Esquitino)