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Crítica.ALICE COOPER – Along came a spider

ALICE COOPER – “Along came a spider” (SPV)

Tras los experimentos “recientes” de “Brutal planet” y “Dragontown”, el bueno de Alice decidió quitarse la máscara de intentar ser moderno y dedicarse a lo que mejor sabe hacer: rock n´roll clásico y atemporal. Primero fue un buen “The eyes of Alice Cooper” en 2003 y después el fantástico y guitarrero “Dirty diamonds” de 2005. Ahora da un paso más adelante, o atrás, según se mire, con “Along came a spider”, con una historia conceptual de terror a su vieja usanza (sobre un asesino en serio tipo “psicópata aracnofóbico”), y que musicalmente nos retrotrae al Alice más oscuro, teatral y personal de discos como “Welcome to my nightmare”, “Love it to death” o “Goes to hell”. Concepto, imagen, temas, artwork y demás, todo nos hace mirar a ese Alice Cooper de mediados/finales de los 70 que alucinó al mundo e inspiró a tantos y tantos músicos y bandas con su estilo teatral y concepto de música/conciertos espectáculo. Eso sí, el sonido es fiel deudor de aquello pero mentiría si no digo que aporta también cierta actualización por momentos (aunque la base es 100% setentera), incluso recordando en alguna parte a sonidos de “Brutal planet”.

Hablando de temas, y con su prólogo y epílogo como en toda historia que se precie, tenemos desde los más roqueros como “Know where you live” para abrir, la macarrilla “Wake the dead” o la muy clásica “I´m hungry” (pegadiza y recordando a los hits de sus primeros discos como “I´m 18”), hasta temas más enigmáticos, suaves y atmosféricos como “Killed by love” (balada ochentera totalmente Alice) o la misteriosa “Salvation” (que hace acordarse demasiado de “It´s me”, las cosas como son). Cabe destacar también la propia “Vengeance is mine” (con comienzo más actual pero luego 100% setentera y muy pegadiza, donde además colabora Slash con un sólo). En definitiva, puro ALICE COOPER pero nada que ver con el de sus discos más populares y hardroqueros como “Trash” o “Raise your fist and Yell” sino mirando mucho más a su cara más oscura y teatral de años atrás. Por ello, un buen disco que encantará al fan más clásico del primer ALICE COOPER y seguramente se haga algo pesado para el que busque precisamente esos temas más comerciales y deliciosamente pegadizos de finales de los 80. ¡Ah!, y con la duración perfecta para su edición en vinilo, con atractiva portada diferente, que es la que os ofrecemos, por cierto. (David Esquitino)