Madrid, Hotel Auditorium (martes 18 de junio de 2013) 

Noche especial la que pudimos vivir en el madrileño Hotel Auditorium donde Steve Vai volvía a la capital acompañado nada menos que de una orquesta en su primera gira de éste tipo, puesto que sólo había tocado con ella en Holanda varios años en un festival. La Orquesta elegida era de Rumanía y estaba compuesta de cuerdas, vientos, percusión, harpa y una banda de rock que incluía bajo, batería, guitarra y teclados, con lo que en total sumaban 40 miembros, resultando una puesta en escena bastante llamativa y espectacular.

Lo primero que llamaba la atención fue el escenario elegido, un auditorio con capacidad para 2000/3000 personas en forma de semicírculo con un escenario bastante grande donde asistirían unas tres cuartas partes o más del aforo, gran entrada para un evento de éste tipo. Steve Vai era el protagonista absoluto y tenía un sitio especial en primera plana donde estaban dispuestos sus amplificadores, efectos, guitarras y demás parafernalia que necesitaba un artista de primera línea como él. El sonido de la sala era muy bueno, pero quizás la mezcla no fue demasiado acertada puesto que la orquesta sonaba un tanto baja, dando esto especial importancia a la banda y por supuesto a Steve Vai, cuyo sonido era impresionante y mucho más alto que el resto de los componentes. Esto hacía que la original propuesta quedara un poco deslucida en este sentido, ya que la orquesta sólo cobraba importancia en temas menos rockeros, donde además los teclados sonaban demasiado alto, pero en cambio pudimos disfrutar de una guitarra de Steve Vai que sonaba con más espacio y más nítida que en sus conciertos normales.

El repertorio fue muy variado, tocando temas de casi todos sus discos y temas nuevos que quedaban un paso por detrás de los clásicos. El concierto fue de menos a más, eligiendo temas menos conocidos para empezar, lo que hizo que el publico tardara un poco en calentarse, lo cual llegó con la interpretación de “Answers”, y a partir de ahí desgranó temas más conocidos como “Whispering a prayer”, con una gran ovación al final del mismo, “The attitude song”, q sonó potentísima o “Crying machine”, donde Steve Vai mostró toda su técnica. “Mención especial para “Lotus Feet”, cuya interpretación fue el equilibrio perfecto para el lucimiento de orquesta y guitarrista, y también “Fire Garden Suite”, que sonó impresionante y muy épica mostrando todas las cualidades de los intérpretes en cada una de las partes durante los más de 10 minutos que duraba. Para el primer bis dejó las imprescindibles “Liberty” y “For the love of God” de su famoso disco “Passion and Warfare”, con las que se llevó los mejores aplausos.

Grandísimo sabor de boca nos dejó la propuesta de Steve Vai aunque tal vez podrían haber dado más importancia a la orquesta y menos a la banda de rock (por aquello de ser un concierto especial con orquesta real sobre el escenario), pero aún así todos los asistente pudimos disfrutar de un gran espectáculo.