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Hellfest 2011 (1)

Ya tranquilo en mi casa, de vuelta del gran evento internacional en el que se ha convertido a día de hoy Hellfest, os puedo contar mis impresiones a modo de resumen general de lo que ha sido esta edición del festival galo, a día de hoy ya uno de los más importantes y exitosos de Europa. Pues bien, deciros que para mí era la primera experiencia en Clisson (a pocos kilómetros de Nantes) y que la experiencia ha sido muy positiva a todos los niveles. De hecho, vaya por delante que algunas de las cosas que voy a contar están pasadas por el tamiz de los ojos de un primerizo en este festival, pero es que hubo muchas cosas que me sorprendieron para bien para tratarse de un evento de metal y encima de tamañas dimensiones, y como tal lo quiero contar.

Y es que en Hellfest 2011 lo cierto es que los tres días han sido muy intensos, hemos visto muchísimos conciertos de todo tipo (grandes y pequeños, de tralla y de hard rock, en los escenarios grandes generales o en las carpas pequeñas especializadas…) pero sobre todo hemos vivido la experiencia de un festival enorme, en el que todo es a lo grande (asistencia, puestos de comida y bebida, mercadillo, escenarios…) pero que a su vez no hay queja ninguna de la organización, recinto, horarios, sonido… Y por supuesto no hubo tipo de problemas importante que reseñar, algo que le sigue sorprendiendo a muchos, y perdonarme por ser un poco demagogo, pero el heavy sigue sin ser violencia, amigos… Retomando lo que decía, iba a Clisson con las típicas dudas del que va a un festival tan grande por primera vez, y más sabiendo que esto no es Alemania ni Holanda ni… en fin, que estábamos demasiado cerca de España e Italia, donde lamentablemente peores experiencias he sufrido siempre en este tipo de eventos. Y la verdad es que la sensación fue constante de que es un festival cuidado al máximo para que la gente esté a gusto y lo mejor atendida durante los tres días.

Hellfest on PhotoPeach

Vale que es un festival y no siempre tienes las comodidades 100% cubiertas, pero las cosas se pueden hacer bien o mal, y en este caso os aseguro que se han hecho muy bien, algo que no siempre podemos decir en nuestro país… Bien es cierto que asistentes de otras ediciones nos han comentado que este año ha sido sin duda la más numerosa y que el recinto ya se ha quedado pequeño, y puede ser cierto, pero por otro lado no hemos tenido que sufrir demasiadas colas para casi nada ni las aglomeraciones han sido incómodas a la hora de ver los conciertos más importantes… Eso sí, si no cogías sitio con antelación te tocaba ver a los grandes desde la Conchinchina o mirando la enorme pantalla central (con excelente realización en todo momento, por cierto).

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También es verdad que una vez más se cumple el tópico de que, una vez que sales de España (y si me permitís incluyo Latinoamérica aquí), da igual que el público sea francés, alemán, italiano, holandés, finés, británico (que había un montón, por cierto, supongo que por la cercanía atravesando el Canal de la Mancha) o lo que sea, que aquí en los conciertos no se mueve nadie. Y vale, es cómodo pero es cuándo entiendes perfectamente porque TODAS las bandas dicen que, al menos en Europa, no hay nada como tocar en España a modo de ambiente de concierto y de movimiento de la gente. Sí, en Europa serán más tranquilos y civilizados en este sentido, pero no me acostumbraré nunca a ver a JUDAS, OZZY o THIN LIZZY con la gente a tu alrededor completamente parada y mirando el show como quien ve un DVD en su casa. En fin, es lo que hay supongo, pero para eso estamos los españoles (que éramos un montón, las cosas como son) para corear un poco, menear los pelos, quien los tuviera, y darle un poco de ambientillo extra a los conciertos en los festivales en Europa, en este caso en Hellfest. 

Pero bueno, dentro de las cosas que nos interesan, hay que comentar que el recinto es enorme, enclavado entre viñedos (y es que la zona del Loira y cerca de la Bretaña francesa es tierra 100% de vinos y la gran mayoría de estos campos son enormes extensiones de cepas), y con varias zonas delimitadas del festival: por un lado la acampada, enorme y un poco “al libre albedrío”, aunque como ni hacen los treinta y muchos grados de España (que incluso ha hecho rasquilla los tres días del festival, especialmente el viernes y sábado, con lluvia intermitente incluida, sobre todo la primera jornada), ni aquello es 100% patatal, como lamentablemente tienen a bien meternos la mayoría de promotores en nuestro país (con excepciones positivas, por supuesto, pero la mayoría de las veces…). Por otro lado, no nos libramos ni de las duchas con agua mayormente fría ni de la intensa animación sociocultural hasta altas horas de la madrugada, aunque esto es también parte de la salsa de los festivales, ¿no?

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Afortunadamente, aunque se pierda rollo de festival e incluso sea más difícil llegar a ver a los primeros grupos (que aquí todo empieza y acaba antes), uno ya está mayor para ciertas cosas y pudimos conseguir con tiempo hotel a algunos kilómetros del festival (en la cercana localidad de Cholet concretamente), pero al menos con el pack cama, ducha y váter cubierto, que no es poco. De todos modos, hay que decir que en la zona de acampada había las citadas duchas, baños más o menos suficientes y a su vez puestos de comida (¡incluso con un puesto de churros!) y bebida además de una carpa donde había conciertos y música durante buena parte del día y la noche.

Del recinto en sí, aparte de los dos enormes escenarios principales, me quedo sin duda con la impresionante variedad de puestos de comida (desde todos los bocadillos imaginables hasta pizzas, tostas, platos de comida de todo tipo, hamburguesas, helados, postres, comida vegetariana, zumos, kebabs… ¡hasta había un puesto de chucherías!), y además a precios totalmente asequibles, algo que lamentablemente echamos en falta muchas veces en los festivales de nuestro país. Y para beber, refrescos variados y sobre todo cerveza y vino del festival, a buen precio (dos euros el vaso y once la jarra pero de litro y medio… de verdad, y luego te quedabas con los vasos y la jarra, de plástico y con logo chulo impreso), incluso con tercios embotellados expresamente para el festival, en una edición especial de cervezas realmente chula (¡y que estaba buena!). Además, el propio recinto en sí está decorado expresamente para el festival, con un montón de esculturas metálicas distribuidas por todo el recinto, “farolas”, hogueras…, una pasada, especialmente por la noche, ya lo veréis en las fotos. Y con cantidad abundante de servicios (portátiles pero que se limpiaban bastante a menudo), cajero, barras distribuidas por todo el recinto, personal de todo tipo…

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Y no me olvido de hablar del mercadillo, con dos grandes carpas a modo de Metal Market (con toda la variedad, diversidad y cantidad de memorabilia de nuestro rollo que podáis imaginar, el paraíso para cualquier bolsillo metalero pudiente, vaya), además de muchos más puestos laterales donde sólo eché de menos algo más de cantidad de ropa de cuero, de lo que estuvo la cosa bastante escasa (y es que además entre el frío y la lluvia, y la propia cantidad de público, hubieran hecho el agosto… o el junio mejor dicho). De hecho, es que había hasta puestos de tatuajes, peluquería, venta de guitarras, zapatos/botas… Lo dicho, el paraíso del metal. Y sí, cayeron varias camisetas guapas, vinilos, alguna chuminadilla…, por supuesto, jeje.

Y de la sala de prensa/invitados/VIP/artistas mejor no os cuento demasiado, para no despertar envidias insanas. Sólo os diré que es la mejor con diferencia en la que he estado: con amplia parte interior cubierta (una gran caseta de madera donde incluso se hacían pequeños conciertos y pinchaban DJ´s por la noche, además de poder seguir los conciertos en pantalla gigante), y otra exterior (al aire libre con hamacas, sillas, mesas, bancos, Internet gratis, esculturas de metal, servicios especiales…). Además, disponíamos de una sala expresamente destinada para las entrevistas con varios departamentos separados, asientos, wifi… y un espacio habilitado para hacer fotos a los artistas (con focos, un telón negro de fondo…). Absolutamente profesional y con todas las facilidades para hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible, descansar y recargar pilas… Y lo largo de un festival tan largo y extenso se agradece, os lo aseguro.

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En cuanto al público, mucho y variado, y de todas las edades (desde críos hasta gente bastante mayor, y muchas féminas también, algo que al menos a los españoles nos sigue sorprendiendo, quizás porque en nuestro país aún no es tan habitual, aunque van cambiando las tornas progresivamente, claro) con todas las variedades de heavies que os podáis imaginar, pero todas, incluso bastantes punkies y gente “normal”… De hecho, como curiosidad comentaba con mi amigo y compañero Fernando Checa que es el festival metalero en el que hemos estado en el que posiblemente hubiera más pelos cortos (o rapados) que largos, curioso cuanto menos. ¡Ah!, y con todos los frikis disfrazados del mundo, impresionante… Eso sí, más de 30.000 personas cada día, con eso os lo digo todo. Por otro lado, Hellfest nació como un festival de punk rock y sobre todo de propuestas extremas, y es lo que prevalece. Es que un indicador claro de por dónde van los tiros en los festivales es mirar las camisetas/sudaderas de la gente, y os aseguro que en Clisson ganan las negras de grupos de thrash, death y metal extremo por goleada (aparte de los clásicos como MAIDEN o METALLICA que nunca fallan, claro).

Por cierto, uno de los momentos emotivos del festival, y que debemos reseñar, vino el sábado por la noche  con el gran homenaje que la organización rindió (justo después de SCORPIONS) al parlamentario Patric Roy, uno de los mayores defensores del Hellfest en la Cámara Francesa ante las absurdas descalificaciones de la derecha más rancia y grupos ultraconservadores (ya sabéis, la cantinela de siempre: satanismo, drogas, depravación, inmoralidad… lo que vimos todos los días en Hellfest, vamos). Muy chulo y emotivo, con bonitas instantáneas del político recientemente fallecido tanto en la Cámara como en el festival con muchos de los asistentes de otros años mientras sonaba de fondo de manera ceremonial el “For those about to rock” de AC/DC. También, se aprovechó el homenaje para honrar a otros muertos ilustres del rock que nos dejaron en 2010 como Ronnie James Dio, Peter Steele o Eric Ledroit (otro popular roquero francés que murió hace algunos), con sus imágenes customizadas para la ocasión en las pantallas, y el final con fuegos artificiales al ritmo de los cañonazos de la canción. Emotivo, elegante y un gran detalle de la organización que volvió a poner de relieve que, cuando hay ánimo y voluntad de hacer las cosas bien, esto funciona.

Y así a modo de repaso general, sólo falta hablar de los grupos, a la postre lo más importante y la razón de viajar en nuestro caso tan lejos (o al menos fuera de nuestras fronteras). Así, a modo de vista de pájaro, hay que decir que es una pasada poder ver tantos grupos y de tan variado pelaje en tres días, y es que han sido unas 120 bandas de todo tipo de rock duro y metal las que han descargado en esta edición de 2011… y muchas de ellas han hecho sesiones de firmas, por cierto, en una pequeña carpa habilitada para ello (aunque los más grandes se han escaqueado prácticamente todos, las cosas como son). Y hay que decir que en el festival hay dos escenarios principales (con sonido en general perfecto y los horarios clavados) y dos carpas, una dedicada al metal más extremo y underground y otra más centrada en sonidos más actuales y alternativos incluso. Y como son tantas bandas, siempre coincidían dos o tres conciertos al mismo tiempo, a veces de grupos muy distintos y otros no tanto (por ejemplo OZZY coincidía con DARK TRANQUILITY y HAWKIND), con lo que es imposible verlo todo, al menos si quieres ver conciertos completos, teniendo en cuenta, además, la cantidad de gente que había en cualquier escenario, grande o pequeño, y la distancia entre ellos (que no era muy grande, vale, pero siempre había un paseíto).

Pero bueno, la cantidad y calidad ha sido grande, y así a modo general hay que decir que, gustos de cada uno aparte, entre los triunfadores hay que incluir los nombres de THIN LIZZY (conciertazo a media tarde el sábado), U.F.O. (¡qué clase y calidad!, además del punto más elegante y exquisito de todo el festival), OZZY (sorpresón tras el horrible concierto en Zaragoza hace un par de años, pero lo cierto es que en Hellfest estuvo de lujo), KREATOR (brutales del primer minuto al último), MORBID ANGEL (pese a las malas críticas de su disco de regreso, se marcaron un conciertazo para sus muchos fans), IN FLAMES (tres cuartos de lo mismo), MONSTER MAGNET (¡qué bandaza en directo!) o DORO (con el 90% del set de WARLOCK, curioso cuanto menos… aunque Doro y sus chicos siempre son un valor seguro) o MUNICIPAL WASTE (una maquina de picadillo constante, además de una banda muy divertida).  Y de los cabezas de cartel como tal, quizás los mejores fueron JUDAS PRIEST (lujazo de set, escenario y buena impresión tanto del nuevo guitarrista como del estado de Halford, justo pero cumplidor) y OZZY (sorpresón después del horrible show de Zaragoza hace un par de años), con la decepción de unos SCORPIONS que nos dejaron con la miel en los labios con un show en el que banda y cantante no iban de la mano (y es que los años no pasan en balde, y los cantantes lo acusan más, sin duda), una lástima pero es lo que hay.

Sin extendernos demasiado, creo que con esto es suficiente para que os podáis hacer una idea aproximada de cómo es y ha sido esta edición de Hellfest. Se ha disfrutado y por supuesto ya está apuntado en la lista de festivales a los que seguramente volveré en el futuro. Por mi parte, la experiencia y recomendación para el futuro es rotundamente positiva, ¡festivalazo!

¡Merci beaucoup y aù revoir, Hellfest!

David Esquitino