Crónica de ATLAS, viernes 25 de abril en la sala Caracol de Madrid

Un lujo de concierto el que tuvimos el placer y la oportunidad de disfrutar el pasado viernes en Madrid… y es que la presentación de la nueva banda formada por los hermanos Arias (Manolo a la guitarra y Ángel al bajo), el batería José Martos (los tres ex NIAGARA como la mayoría de vosotros sabréis), y el fantástico vocalista Ignacio Prieto (EDEN LOST y REINA DE CORAZONES) fue de muchos quilates y demostró que todavía siguen existiendo buenísimas bandas de hard rock en este país.

Lástima que la presentación en directo y en sociedad de la banda no arrastrara tanto público como la ocasión y calidad de la banda se merecía. A pesar de esto, el concierto fue de impresión, demostrando que tablas, calidad y experiencia tienen todas las del mundo, y sobre todo que los temas del disco (que todavía no se ha editado) son un cañón. Además, el sonido fue prácticamente perfecto, y la hora y cuarto que aproximadamente estuvieron sobre el escenario nos dejó un sabor de boca excelente y muchas ganas de tirarnos de cabeza hacia un trabajo que, al menos en directo, sonó 100% clásico, hardroquero de vieja escuela (aunque en absoluto pasado de moda o algo así), duro, melódico y con mucha clase… algo que los que les conocemos y seguimos desde hace tiempo ya esperábamos, está claro.

En cuanto a los músicos, un 10 para los cuatro, de verdad, sorprendiéndome especialmente el nivelazo de Ignacio Prieto quien, después de una larga convalecencia por un accidente de coche, está 100% recuperado y cantando de manera impresionante, ¡vaya fichaje! De Ángel Arias nada malo podemos decir a estas alturas y es que, pese a mostrarse algo más estático (aunque siempre ha sido así, por otro lado), demostró que es un bajista buenísimo además de un apoyo perfecto en las segundas voces y coros. Especialmente me gustó la fuerza y potencia de un José Martos que se reivindicó una vez más como uno de los mejores baterías de España. Finalmente, no me olvido de Manolo, para mí sin duda el mejor guitarrista que hay en España junto a Armando de Castro y Paco Ventura, que además no necesita tirar de virtuosismos ni de corretear por el mástil para hacernos soñar y sacar los sonidos más limpios y exquisitos de sus bonitas guitarras,… un lujo como siempre, sin dejar de adornarse con esas poses “hardroqueras” tan típicas suyas, y es que la calidad nunca tiene que estar reñida con la actitud y personalidad.

Me encantó comprobar también lo engrasadísimos que están (y es que el proyecto lleva ya meses gestándose) y el buen rollo que mostraron entre ellos en todo momento, además de conseguir que el propio público se fuera calentando paulatinamente y acabara el concierto totalmente arriba y con muchas ganas de más (siempre buena señal en todo espectáculo, ¿no?). Como decía, presentaron el disco al completo, y para el final sabíamos que habría sorpresas que finalmente consistieron en la interpretación de “Nada que hablar”, el tema que compuso y canta Ángel Arias del último disco de BARÓN ROJO, más una preciosa versión del clásico “Walking” de NIAGARA (intro del “Now or never” incluida y dedicada al propio Ricky Castañeda, teclista de la banda que andaba también por la sala) que, precedida por un breve pasaje del inconfundible “Heaven and hell” de BLACK SABBATH, puso perfecto punto final, además de recuperar el cierre de “El imperio de la ley” de ATLAS, a un concierto estupendo en el que la única pega para muchos es que (aunque ya lo sabíamos porque ellos han dicho de todas las maneras posibles que esto no es una reunión de NIAGARA) no tocaran algo más del repertorio de la legendaria formación madrileña.

Por cierto, comentar que se presentaron sin teloneros y que de los temas nuevos (aunque algo ya habíamos podido escuchar en su Myspace) quizás los temas que mejor funcionaron fueron la inicial “Unidos” (que sonó atronadora), la profética “Una nueva oportunidad” (donde Ignacio sacó por primera vez su bonita Fender de madera anaranjada), la más fiestera y que me recordó bastante a BON JOVI “Sin descanso hasta el amanecer”, las dos bonitas acústicas “Demasiado bueno para durar” y “¿Quien no ha sido un perdedor?”, un temazo superguitarrero y pegadizo como es “Siempre hasta el final”, la hardroquera “Condenado loco”, demostrando lo que a la banda le gustan los WHITESNAKE de “1987”, además del final supermacarra con “Adictos a la carretera” (uno de esos temas hecho por y para el directo) y, otro de los más heavies (y también más NIAGARA en mi opinión) y que les quedó de lujo en directo.

En definitiva, un concierto fantástico que demostró que ATLAS es un proyecto con un presente y futuro espléndido más allá de nostalgias y miradas al pasado, y que el disco va a ser una pasada. Texto y fotos: David Esquitino