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Concierto. Mago de Oz + Sinkope + Jorge Salán

MÄGO DE OZ+SINKOPE+JORGE SALÁN (Viernes 28 de Septiembre, La Cubierta de Leganés)

Curiosa mezcla la que se nos presentaba en Leganés para ver a MÄGO DE OZ en su fin de gira española, acompañados de un grupo de rock urbano como son SINKOPE y “su” tercer guitarrista, Jorge Salán con su banda y en su faceta en solitario, mucho más rock fusión/hard rock clásico y alejada musicalmente de la propuesta más festiva y accesible de MÄGO.

No se preveía lleno absoluto pero finalmente nos encontramos con una Cubierta prácticamente hasta arriba y con un público absolutamente variopinto, como suele ocurrir con todo grupo “mainstream”, que dicen los guiris, y/o mayoritario como son, para mal y para bien, MÄGO DE OZ desde hace años. Chavales muy jóvenes, nuevos y viejos roqueros, heavies, punkies, gente “normal” y muchos padres con hijos, en un ambiente heterogéneo y casi familiar que en parte es bonito pero también hace pensar bastante sobre la situación actual de la banda principal en el mundo del rock.

Desde el principio tuvimos la cúpula de la infame Cubierta abierta, lo que ayudó a que el sonido no fuera tan horrible como tristemente suele ser habitual en el famoso recinto. Pese a todo, con JORGE SALÁN y SINKOPE hubo bastantes acoples y retumbes que no permitieron que los conciertos teloneros del día pasaran de la nota de correctos. Otro detalle que no puedo pasar de largo siempre que reseño conciertos en ciertos recintos es el intolerable y abusivo precio de las consumiciones, ¿hasta cuándo tendremos que aguantar tamaños atracos a mano armada para poder beber o comer algo durante eventos de larga duración como era en este caso

Hablando ya de los conciertos en sí, la jornada comenzó a eso de las 20:30 con la actuación de Jorge Salán y su banda, que siguen presentando a lo largo y ancho de la geografía española su tercer trabajo, “Chronicles of an evolution”. Fue hace pocos meses cuando tuve la oportunidad de ver la presentación en la sala Caracol de Madrid y, aunque en este caso lógicamente el show fue mucho más corto (una media hora), me encantó comprobar que se mantuvo lo positivo de ese concierto pero esta vez vi a Jorge mucho más suelto tanto cantando como en su labor de frontman, además de a una banda ya totalmente compenetrada, sonando realmente bien (problemas del recinto aparte, claro) y viéndoles disfrutar totalmente de la actuación.

Comenzaron con el potente nuevo single, “Under the moon”, del nuevo trabajo, con la guitarra de Jorge, muy limpia y nítida, como lógica protagonista, pero sonando más a banda que a grupo a la vera de un solista. Destacar en la formación que le acompaña a músicos jóvenes tan reputados como el propio Jorge como son el bajista Fernando Mainer (TAKO, ARS AMANDI…), el batería Carlos Expósito (STRAVAGANZZA), que creo que destacó mucho más que en el concierto de Caracol dónde me dejó más frío, el teclista Javi Díez (ARWEN) y el guitarrista zurdo Jordi Pinyol (que incluso se atrevió con un breve sólo con la guitarra de Jorge, encordada para un diestro, durante la presentación de los músicos). La bonita y roquera “Dedication” de THIN LIZZY fue el segundo corte, el medio tiempo “One way” la única mirada a su primer disco, junto a “la instrumental “Driving through the tunnel”, (escogiendo uno de los pocos temas cantados de aquel trabajo aunque muchos echaron de menos el conocido instrumental “Running free”… al igual que el pegadizo y hardroquero “I’ll be waiting, uno de los temas más conocidos del segundo). Para representar “From now on” las escogidas fueron “Back in time” y “The endless battle” que, junto a la versión del “You give love a bad name” de BON JOVI (un lujazo) y el final con “Damned land” del “Chronicles of an evolution”, completaron una actuación más que correcta y muy interesante. ¡Bien por Jorge!

Tras la despedida de la banda, serían los extremeños SINKOPE los siguientes en aparecer en La Cubierta. Muy bien recibidos por su público y con ganas de agradar, se presentaron los de Vito Íñiguez, para intentar convencernos de que el cetro del nuevo rock urbano nacional no sólo pertenece a EXTREMODURO (al menos hasta hace bien poco) o MAREA… aunque creo que todavía están un paso por debajo de “sus padres” musicales. Centraron su repertorio en sus dos últimos trabajos, “Si quieres llorar te hago reír” y sobre todo el anterior y exitoso “Humo de contrabando”, cuyos temas fueron sin duda los más coreados y mejor aceptados de su actuación.

El sonido se mantuvo en tesituras aceptables (por mucho que insistentemente Vito se quejara del sonido de su micrófono), aunque su rock sencillo y de letras excesivamente poéticas (sigo pensando que les sobra esa última vuelta de tuerca del lenguaje) convenció más a sus propios fans que a los que iban a verles por primera vez. Eso sí, me gustó la buena actitud de la banda, especialmente de los dos guitarras de la formación, aunque tanto la voz como las letras de un demasiado estático Vito me convencieron poco. Destacar temas interesantes como “Tirando de rama”, la más tranquila y pegadiza “Humo de contrabando” o la rebuscada “Al socuello de tus pechos de seda”, como los más coreados por la gente, además del final más movido con “En tarros de miel” para cerrar una actuación que me dejó frío… y es que el problema del rock urbano es que si no eres original y personal, las comparaciones te acaban matando. Para gustos los colores pero SINKOPE nos gustaron poco a los que no somos demasiado fans de la banda, la verdad… a veces muchos grupos pecan del tópico de ser “poetas de bragueta y contenedor”, que dirían MAREA, en el rock español actual como comentaba algún asistente al terminar la actuación de SINKOPE. Aunque, como siempre, hay que aceptar y respetar a quien disfrutó con los temas de los extremeños, que fueron muchos, y además sirvieron perfectamente para caldear el ambiente de cara al show estrella de la noche.


Bueno, y a eso de las diez y media largas de la noche se presentaron de nuevo en Madrid MÄGO DE OZ, (introducidos por el televisivo “Willy” Toledo, roquero de pro y gran amigo y compañero de instituto del propio Txus), en esta gira más sencilla, con menos escenografía de lo que suele ser habitual en los últimos años en la banda (“sólo” unas pocas plataformas y escaleras, además de dos grandes “brujas” en los laterales y los impresionantes, eso sí, hinchables al fondo del escenario, primero del “personaje” de la portada de “Gaia II”, y después el “Quijote roquero” de la portada de “La Leyenda de la Mancha”, para cerrar con un gran “Cabrones!!!” rosa ya al final del concierto), además de la banda sin ropajes concretos (por cierto, me sigue encantando ver a Frank con sus mallas negras, sus “bambas”, chaleco de cuero y Gibson de flecha blanca) y sólo con Patricia (ya hay que decir ex cantante de NEXX) cómo única corista y “bailarina” del show. Destacar que, en esta última fase de la gira, Jorge Salán está haciendo muy pocas fechas con ellos por los compromisos en solitario del joven guitarrista… aunque, visto lo visto (muy en segundo plano en todo momento) se podría pensar que puedan ser sus últimos conciertos con MÄGO… al menos por ahora y lo digo como impresión personal, no como afirmación, que conste).

No había tenido la oportunidad de verles desde hace tiempo y, pese a que en los últimos años creo que se están alejando más que erróneamente de lo que fueron, tenía bastantes ganas de comprobar si era cierto que en esta gira estaban volviendo por sus fueros, ofreciendo un set list más variado y dándole cancha a su material más antiguo, y especialmente “reconciliándose” con cierto sector del público roquero que les había dado de lado tras los últimos devaneos de la banda y flirteos con un público, sonido y ambientes que, histórica, estética y sobre todo musicalmente, no debería ser el suyo. Pues bien, mi veredicto es que no porque me encontré con un set list poco coherente desde mi punto de vista, con un público que, en su mayoría, iba a ver “lo que iba a ver” (“Fiestas paganas” y demás, como se demostró desde el principio del concierto cuando muy pocos reaccionaron ante temas como “El hijo del blues” o “Maritormes”, y la locura comenzaba con los temas de “Finisterra”, el disco del que más temas cayeron con diferencia, en adelante, especialmente en los singles de turno y cortes más “radiofórmulas”) y un concierto que, musicalmente, fue totalmente correcto, con una banda en buena forma y sonando mejor de lo esperado en La Cubierta, con un José cantando mucho mejor que las dos o tres últimas veces que les había visto (aunque las pasó canutas en “Jesús de Chamberí”, al igual que el resto de la banda pues fue el tema que peor sonó con diferencia), con un Mohammed muy protagonista, detalle que me gustó, pero que tienen que aceptar de una vez que la multitud es soberana y decide, y su público actual no quiere a los antiguos MÄGO heavies y roqueros (de hecho, en muchos casos ni los conocen) sino a los folklóricos y fiesteros MÄGO y tristemente hay que aceptarlo por mucho que nos pese a viejos fans y posiblemente a la propia banda, que se han quedado en una más que difícil encrucijada.

A lo mejor estoy siendo algo parcial y quizás injusto con la realidad y actualidad de MÄGO, pero cuento lo que ví, lo que sentí y las impresiones constantes que tuve durante el concierto, viendo a padres bailando con sus hijos pequeños y a una mayoría de gente que sólo cantaba y se animaba con temas como “La posada de los muertos”, “Resacosix en Hispania” (por mucho homenaje a los TOY DOLLS que hagan en el tema, no deja de ser un tema “bailón” más), o “La costa del silencio” (eso sí, iniciada con una bonita reflexión de José relacionada con el famoso documental “ecologista y podrido” de Al Gore).

Todo comenzó con la divertida “T’esnucaré contra el bidé” del primer disco, bastante coreada por todos, con Carlitos bastante protagonista del sonido de la banda, un Frank muy “macarrilla” como decía, y “Moha” y Jose, con mucho movimiento de pie de micro esta vez, en primera línea y sin parar de sonreír y moverse. Desde el principio demostraron que son una máquina perfectamente engrasada, cumpliendo cada uno sobradamente con su papel (unos protagonistas y otros secundarios), sonando bastante bien y destacando el detalle de un Txus que sólo salió de su batería al comenzar el concierto para saludar, y al final para despedirse (detalle que muchos agradecieron aunque es evidente que otros echaron de menos su participación y numeritos habituales “en primera fila” en temas como “El que quiera entender que entienda”). “Maritormes” (muy cañera) y “El hijo del blues” nos hicieron sonreír mucho a los que pensábamos que el show iría por esos derroteros, especialmente cuando comenzaron realmente potentes, muy compenetrados y dejando de lado su lado más folk, incluso en temas como la propia “T’esnucaré contra el bidé”. Con el primer envite de “Finisterra” que caería esa noche, “La santa compaña”, mucho más coreada que las anteriores por la multitud, y sobre todo con la presentación sobre la libertad sexual que precedió a la más que interesante “El que quiera entender que entienda”, se abriría “otro concierto”, dando cancha especialmente a los temas de “Finisterra”, el disco con el que indiscutiblemente rompieron la baraja, obtuvieron más éxito, pero se transformaron en una banda más comercial, accesible y sobre todo conquistaron a otro tipo de público, como se demostró de nuevo esta noche… Eso sí, no le pongo el más mínimo reproche al sonido de la banda hasta entonces, muy duro, heavy y crudo (con las lógicas concesiones en teclado y flautas que son santo y seña de la banda en los últimos años pero sonando realmente potentes).Para “Astaroth”, Patricia toma su primer protagonismo de la noche (fantástica su labor a los adornos y segundas voces de los temas, por cierto), haciendo el bonito dueto con José que en su momento hacía con Mar Cabello (¿que habrá sido de ella?). Incluso se permite hacer una parte del famoso “Mercedes Benz” de Janis Joplin, como, para dar paso a “Hasta que el cuerpo aguante”, que me sonó muy bonita y agradable en directo, aunque no termino de entender la adoración extrema y casi exclusiva del público hacia los temas de “Finisterra” (aunque ya digo, “es lo que hay”). Con la “Jiga irlandesa” pusieron a casi todo el recinto a bailar como antaño, aunque ni punto de comparación con la reacción que consiguió “La costa del silencio”, único tema de “Gaia I” que tocaron, aunque me pareció una decisión cobarde porque no obviaron ni uno sólo de los singles comerciales y facilones de los que, en teoría, estaban en parte renegando en esta nueva gira.


El caso es que se estaba viendo que han elegido un repertorio sencillo, agradable de escuchar, muy asimilable por todo el mundo, tocando, aunque muy por encima, todos los palos de su discografía, y ofreciendo menos adornos a todos los niveles que en las dos macrogiras anteriores, centradas básicamente en los dos últimos trabajos de la banda. Por un lado me parece admirable pero por otro sigo reiterando que han sido cobardes y han querido contentar a todos sin tomar partido por ninguna postura, la más roquera o la más facilona, quedándose en un termino medio que encanta a unos, pero que acabó aburriendo a los que querían algo más que “bailoteos”.

Esto se demostró al 100% con la parte del concierto dedicada a “Jesús de Chamberí”, para muchos su obra maestra sin ningún género de dudas, tanto en la preciosa “El cantar de la luna oscura” (que sonó de maravilla, de las mejores del concierto, y además cantada de lujo tanto por José como por Patricia a los coros…) como sobre todo con la inmensa “Jesús de Chamberí”, admitidas con bastante indiferencia por más de la mitad de la audiencia. Además, incomprensiblemente, con el segundo sonaron mucho, mucho peores, con un José teniendo bastante dificultades para llegar a los altos y agresivos tonos del tema, y un Carlitos muy por debajo en el sólo de lo que la fuerza y clase de la canción requiere. Fue una pena pero me temo que se han acostumbrado demasiado a tocar “otro tipo de temas”, y es que con ciertas canciones sobran músicos e instrumentos en el escenario y faltan melodías, feeling y recuerdos… Pese a todo, un tema siempre mágico, pero precedido incomprensiblemente de “La posada de los muertos”, un single hecho exclusivamente por y para que la gente baile y cante en los conciertos o sala de turno pero que musical y letrísticamente creo que está muy por debajo de lo que que una banda como MÄGO DE OZ debería exigirse a sí mismo (pegadizo al 100%, vale, pero…). De todos modos, no deja de ser impresionante ver a toda una plaza de toros saltando y cantando, una cosa no quita la otra, aunque creo humildemente que MÄGO deberían tratar de luchar desde dentro contra esto, si no quieren que el éxito efímero y equivocado les acabe devorando… ojo, es sólo mi opinión, pero en el próximo disco son ellos mismos quienes tienen la sartén por el mango.

La inmensa “Finisterra” fue el siguiente tema en sonar y en este caso no puedo más que alabar la interpretación de la banda, dotando al largo y enrevesado tema de una maestría y clase fantástica. En este caso no pongo ningún pero a la interpretación, al igual que tampoco se la pongo a “Satania”, que no nos esperábamos (aunque muchos seguían pidiendo “El santo grial” de “La leyenda de la Mancha”), y que sonó realmente cañera. Con “Resacosix en Hispania”, y sobre todo “La danza del fuego” volvía el punto más festivo, que ya no se abandonaría hasta el final. Por cierto, comentar que no hubo bises como tal sino que la banda abandonaba el escenario al final de cada tema dando una continuidad interesante al concierto, aunque bien es cierto que los parones (con apagón de luces incluidas) descolocaban un poco.

Con la esperada “Fiesta pagana” se desató la locura suprema y finalmente, tras un breve sólo rítmico de Carlitos y un atisbo de comenzar el clásico “Eye of the tiger”, llegó la apoteosis final con la gran “Molinos de viento”, el mejor tema “fiestero” sin duda de la banda y el que más gustó para dejar a casi todos satisfechos mientras un gran hinchable con el famoso “¡Cabrones!” nos da la despedida al ritmo del “Stayin´alive” de los BEE GEES y con la banda al completo en el escenario (Txus saliendo el último de su imponente batería, 100% CRÜE, y haciéndose esperar supongo que conscientemente… y es que el jefe es el jefe).

En definitiva, un concierto objetivamente interesante, abarcando casi todas las épocas de la banda, bastante “sencillo” y “desnudo”, pero que demostró al 100% dónde, y porqué, está la banda actualmente. Como decía, el público es soberano y los que queremos y apreciamos a otros MÄGO tenemos que resignarnos a que los actuales MÄGO DE OZ comenzaron en “Finisterra” y es muy difícil que vuelvan atrás. Su publico actual prefiere “Fiestas paganas”, “Danzas del fuego” o “Posadas de los muertos” a “El lago”, “El fin del camino”, “Mago de Oz”, “El pacto”, “El santo grial” o “Hasta que tu muerte nos separe”. Unos se resignan y otros lo disfrutan, mientras la banda espera expectante en un punto intermedio sin saber a quien hacer caso. Lo mejor es que se lo hicieran a ellos mismos pero el problema es saber qué tipo de banda de rock son ellos mismos actualmente, a quién quieren dirigirse, y qué tipo de credibilidad y fans prefieren. Ahora, reitero una vez más, el público es soberano y acepta al mil por cien a los MÄGO de “Finisterra” en adelante así que, ¿quien soy yo para llevarle la contraria a esa mayoría (David Esquitino)

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