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Concierto: Rage + Sabatan

RAGE + SABATAN. Sala Heineken. Madrid. 21 de marzo de 2009

Cuando nos enterábamos de que Rage volvían a España a celebrar en esta ocasión sus 25 años de carrera muchos amantes del buen Heavy Metal, contundente a la par que melódico, nos sentíamos orgullosos de que Peavy Wagner decidiera de nuevo compartir un concierto especial con el público que siempre le ha sido fiel. Y es que Rage nos han visitado en muchas ocasiones pero la acogida siempre es calurosa, especialmente desde que iniciaran su penúltima etapa, allá por 2002 con Unity. Desde entonces sus descargas son una mezcla de potencia melódica a la que no debemos faltar y esta vez no iba a ser de manera distinta.

Muy temprano era la cita en la Sala Heineken. Tras haber prometido un set de media hora acústico más dos horas de grandes éxitos, el grupo telonero Sabatan hacía aparición sobre el escenario poco después de las siete de la tarde. Sabaton es un grupo español que tras una larga temporada han regresado al mundo de la música, pero en esta ocasión hay que decir que el concierto no era el más apropiado para su sonido. Brutales, practicando una masa sonora y extrema, no consiguieron mover apenas a una sala que estaba más pendiente del final de su actuación. Tal vez el sonido no fuera el más adecuado, pero el metal extremo con voces guturales unido a un excesivo estatismo de la banda hicieron que su actuación pasara sin pena ni gloria.

En cualquier caso el momento que todos esperábamos no tardó en llegar. Tras los pertinentes cambios de set en el escenario aparecían Peavy, Víctor y Jen Majura, la guitarrista invitada que mostraría no ser tan sólo un músico decorativo, tanto en su trabajo con la guitarra como en los coros. Iban a ser menos de veinte minutos en los que Rage abandonaba la aureola de grupo de Heavy Metal para hacer versiones mucho más suaves. El batería que sustituyó a Terrana, André Hilgers mantendría un tono mesurado para ofrecer cinco temas que, pese a todo, seguían pareciendo poco. Empezarían con “Wake the nightmares” para seguir desgranando “Lord of the flies”, con la banda muy metida en su papel de show mucho más pausado, algo que acabó transmitiéndose a un público inicialmente algo apagado. “Deep in the night”, “After the end” y “Straight to hell” rematarían un mini concierto “unplugged” que no llegaría a la media hora prometida por los ya clásicos problemas horarios de las salas de Madrid.

Pero a las nueve de la noche comenzaban los Rage que todos estábamos esperando. Qué mejor que comenzar con “Higher tan the sky” para hacer explotar a la sala, ahora sí, en un baile y coro al unísono. Si a ello se le une “Don´t fear the Winter” la locura se apoderaba de los tres cuartos de sala que más o menos había en esos momentos. Peavy cantando como nunca y Smolsky haciendo disfrutar a cualquier amante de la guitarra eléctrica. “War of worlds” mantenía el tono de las composiciones más conocidas para, de repente, arrancar con una excelente versión del clásico “Prayers of steel” que los más fans de la banda disfrutamos como si fuera la primera vez.
Más clásicos, “Suicide”, “Set this world on fire” e “Invisible horizons” nos hacían preguntarnos a algunos cómo Rage no están en lo más alto de los grupos de Heavy Metal. Clase, potencia, buen rollo, calidad a raudales… poco más se puede decir. Un grupo cuyo líder disfruta en el escenario como si fuera la primera vez loga transmitir una comunión especial con el público imborrable. Si a eso se le suma un guitarrista de otro planeta y un batería más que solvente (sustituir a Terrana es casi imposible), el conjunto linda la perfección.

Con “Nevermore” voverían a recuperar sonidos no tan conocidos, de su disco del 93´”The missing link”. Y la potente “Firestorm” volvió a mover a los más veteranos del lugar. Headbanging a raudales dejándonos llevar por la magia de Mr. Wagner. Víctor volviéndose loco, mucho más cercano de lo habitual y el concierto discurriendo por caminos fantásticos. No sería el único recuerdo a tiempos pretéritos, “Back in mind”, “Sent by the devil” mostraban que la carrera de los alemanes permanecerá en el recuerdo or mucho tiempo.

Los temas seguirían cayendo por espacio de las dos horas prometidas. Llegaríamos a “All i want” reventados pero con ganas de más y no nos defraudaron. “Carved in Stone” y la grandiosa “Soundchaser” cerrarían uno de los conciertos más potentes de lo que llevamos en 2009. Tal vez la única pega que podría ponerse es que no hubiera más público en la Heineken. Rage habrían merecido un lleno absoluto y este no se produjo. Se les pidió con ganas que volvieran a salir, pero eran las once de la noche y tocaba vaciar la sala. Eso sí, la sonrisa en las caras de todos los asistentes era imborrable. Y la pregunta” ¿cuándo volverán?” lo decía todo. Rage, como siempre, habían triunfado.

(Texto: Fernando Checa García. Fotos: David Esquitino)