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Concierto: Judas Priest + Megadeth + Testament

JUDAS PRIEST + MEGADETH + TESTAMENT. La Cubierta. Leganés (Madrid). 15 de marzo de 2009

Maravillosa resaca del mejor rock y heavy metal tras una nueva gran noche de concierto en Madrid, y es que tanto TESTAMENT como MEGADETH y sobre todo los “Metal Gods” nos volvieron a hacer tocar el cielo en una noche mágica con una Cubierta de Leganés hasta los topes (unas 8.000 personas) y ofreciendo un sonido mucho mejor de lo habitual en la a veces maldita Plaza de Toros (de hecho, durante MEGADETH y JUDAS la cúpula estaba abierta y ¡vaya si se notó!).

Ya desde primera hora de la tarde se congregaban a las puertas de la Plaza de Toros de Leganés miles de fans ávidos de disfrutar un concierto que para muchos era único. Poder gozar con tres bandas de esa categoría y comprobar si los Judas estaban prestos a demostrar lo que siempre han sido, los más grandes, era un espectáculo digno de verse. Algunos incluso se vieron sorprendidos con el arranque de la descarga de TESTAMENT, pocos minutos antes de las ocho de la tarde. Por desgracia la banda del recuperado Chuck Billy se iba a enfrentar a un sonido nefasto desde el primer minuto y hasta el final de su show. Había momentos en los que era imposible reconocer el tema que estaban tocando, aunque eso no pareció importar al viejo Chuck, agarrado permanentemente al corto pie de micro y agitando sin parar a unas primeras filas absolutamente desquiciadas.

Por supuesto las miradas basculan de él a Alex Skolnick, el guitarrista que demostró hace muchos años al mundo cómo es posible hacer thrash metal e impregnar todas las notas de una calidad fuera de serie. Tocando fantásticamente los temas de su último y salvaje disco, “More than meets the eye” y “The formation of damnation” y maravillándonos con clásicos como “The new order” o “Souls of black”, tímidamente intuidas entre la maraña de ruido que asoló la cubierta durante todo el concierto. Una lástima, puesto que TESTAMENT habrían merecido poder disfrutar y hacernos gozar de más nitidez, pero a pesar de ello, su dedicación, esfuerzo y actitud nos ponían la primera sonrisa de la noche en la cara.

MEGADETH ya mostraron un sonido mucho mejor (aunque algo bajo esta vez, supongo que para compensar un tanto el exceso de volumen y “embarullamiento” que sufrieron TESTAMENT) y durante una hora ofrecieron un show excelente, con un Mustaine de nuevo más agradable y cercano que en años pasados (sin perder un ápice de su rabia y mala leche habitual tocando y cantando, por supuesto), pero sin parar de macarrear ni por un segundo, y con una banda totalmente acoplada y empastada que cumplieron a la perfección en un set sin riesgos pero que nos dejó encantados a la mayoría, aunque es verdad que llevan años variando muy poco los temas en sus directos. Muy bien Lomenzo y Drover, como siempre, y un 10 para Chris Broderick, posiblemente el mejor discípulo de Marty Friedman que ha habido nunca en la banda. Del resto, gran entrega de la banda, el público demostrando que le tiene un respeto y admiración especial a Mustaine (¡cómo para no tenerlo!), y grandes puñetazos en la cara en directo desde el comienzo brutal con “Sleepwalker” y cortes clásicos como “Sweating bullets”, “Skin o’my teeth”, “A tout le monde”, “Symphony of destruction” o la gran “Holy wars”. Perfectos los cuatro, y concretamente muy educado y cortés Mustaine al terminar agradeciendo sincero la respuesta de la gente con ellos.

Y llegaba el momento grande y JUDAS no decepcionaron un ápice, por mucho que el escenario y set fuera el mismo que muchos habíamos podido ver en Bilbao en verano. Allí me gustaron pero están mucho más en forma en esta gira, y además se nota que siempre hay una motivación extra para ellos cuando tocan en España en su propia gira, y es que la recepción del público con JUDAS siempre ha sido increíble en nuestro país (y os lo dice alguien que asistía a su octava liturgia con el sacerdote). De KK Downing y Glenn Tipton no digo nada, son dioses y como tal actuaron en Madrid… siempre un sueño mirar a KK con su Flying blanca mirando hacia el cielo y él con su menudo cuerpo echado hacia atrás en esa pose y foto eterna que siempre será el reflejo del heavy metal, o a Tipton (de nuevo con su pelo más largo, jeje), mirándonos, sonriendo, y demostrando que tocando no hay nadie como ellos. Scott Travis es una locomotora humana, de los mejores baterías del mundo, y desde lo más alto del escenario no hacía más que llamar a Thor y Odín a baquetazos, genial… y Ian Hill es eterno, la expresión del obrero y secundario de lujo, menos vistoso, pero sin el que el edificio se derrumbaría al instante: crudo, duro y perfecto, vaya. Y Halford esta vez volvió a ser Halford, cantando realmente bien (sin excesos máximos y tirando mucho de efectos, vale), y atacando de maravilla temas tan difíciles como “Eat me alive”, “Sinner” e incluso “Painkiller”, que, sufriendo, la sacó adelante mucho mejor que las últimas veces.

Fueron dos horas de ensueño, de emoción máxima y de mordiscos a la historia del heavy metal constantes, destacando temas según gustos, pero reconozco que me emocioné mucho con algunas de mis favoritas como “Between the hammer and the anvil”, “Hell patrol” (y ese que Halford se escaqueó en el insuperable grito final), la preciosa “Angel” (de un gran “Angel of retribution” que hay que recuperar), “Rock hard ride free” o “The green manalishi”, además de los superclásicos como “Hell bent for leather” para abrir los bises (con la enorme moto, por supuesto) o la inmortal “Breaking the law” un rato antes, en la que fue impresionante ver a TODA la plaza de toros patas arriba, os lo aseguro. Y además, tuvieron el inmenso detalle, totalmente improvisado, de regalarnos un “Living after midnight” para cerrar, que no han tocado en ningún concierto de la gira, que terminó de hacer saltar esa última lagrimilla que se resistía a salir, y de demostrarnos lo realmente a gusto que se sintieron JUDAS esta noche en Madrid. Después de esto se olvida uno de que están cerca de cumplir 40 años de historia, que temas como “Messenger of death” no pegan nada en su repertorio, o de que los movimientos de Halford ya no son los que eran (ni sus chupas, jaja, más feas que otras veces). Muy, muy grandes en Madrid… y es que los viejos roqueros nunca fallan en las grandes ocasiones.

Texto: David Esquitino y Fernando Checa
Fotos: Mariano Crespo (fanzine Force), y David Esquitino