RIOT+Glass Spires, Madrid, 23 de Octubre, sala Heineken.

Después de editar en 2006 un maravilloso “Army of one”, y dejarnos un gran sabor de boca en su anterior visita a la capital hará un par de años, tenía muchas de volver a ver a una de mis formaciones de heavy metal favoritas, además de ser una de las bandas más injustamente infravaloradas de la historia de la música (recordemos que tienen 30 años de historia). Una vez más acompañados de un genial Mike Tirelli, mucho más comedido en sus “amaneramientos” que otras veces, por cierto, se presentaron los neoyorkinos liderados por Mark Reale en Madrid ante una paupérrima representación de 80-100 fans. Cabreo personal e incomprensión aparte, dejémoslo en que hay muchos conciertos y está claro que los grupos menos populares tienen que pagar los platos rotos y en este caso le tocó a los grandes RIOT lidiar con una sala prácticamente vacía.

Estuvieron precedidos por una joven banda nacional, GLASS SPIRES, de corte totalmente progresivo y muy alejados del estilo de los cabeza de cartel. Los madrileños no hicieron un mal show pero era lógico que fueran casi ignorados por una audiencia que quería heavy metal y hard rock clásico. No sabemos porqué no actuaron finalmente SILVER FIST como estaba previsto inicialmente (aunque no fue sorpresa de última hora ya que se sabía desde varios días antes) pero lo cierto es que GLASS SPIRES nos aburrieron soberamente, no puedo decir otra cosa.

El concierto de RIOT fue más que correcto pero es cierto que no es el mejor show que les he visto, quizás motivado porque tanto el batería, Frank Gilchrist, como sobre todo el líder y guitarrista Mark Reale se encontraban enfermos y se noto en una actuación que se hizo corta y que acabó siendo más fría que las dos veces anteriores. Pese a todo, disfrutamos de buen sonido, la gran actuación de los dos guitarristas (me sorprendió ver a Myke Flyntz con el pelo tan corto y camiseta de “ramoniana”, sinceramente… aunque estuvo perfecto tocando y haciendo coros), y un Mike Tirelli que, pese a ser algo ninguneado por la propia banda (creo que todos nos dimos cuenta a veces del injusto ostracismo al que le someten sus compañeros, especialmente el bajista Pete Perez), hizo un trabajo vocal de 10, demostrando que alguien que puede cantar perfectamente “Thundersteel” en directo sin economizar una nota tiene que ser uno de los mejores cantantes de la actualidad. Es una pena que fuéramos tan pocos porque creo que la actuación resultó algo fría y quizás no satisfizo al 100% las expectativas que muchos teníamos… Aunque ojo, que nadie se equivoque, que ya les gustaría a la mayoría de bandas sonar y tocar igual que unos RIOT algo mermados.

Quizás el set también fue algo extraño, sin tocar ninguna (una si acaso) del nuevo álbum, dejando de lado muchos de sus temas roqueros imprescindibles de los primeros años como “Rock city” o “Tokio rose”, olvidándose casi por completo de discazos como “Nightbreaker” o “Born in América” y sólo saliéndose del guión esperado con una cañerísima “Dance of death” de “The privilege of power” para cerrar el show antes de los bises y que pocos esperábamos. Por supuesto que sonaron de lujo temazos supremos como “The flight of the warrior”, la tralla roquera de “Outlaw”, el feeling de “Glory calling” o “Johnny´s back”, la fuerza de “Angel eyes” (un diez para Tirelli), el cañonazo inmortal que siempre será “Thundersteel” o la imprescindible “Warrior” para cerrar el show (de una manera algo esperpéntica, todo sea dicho, subiendo Tirelli a dos chicas al escenario que ni se sabían la canción ni hacían demasiado por dar juego al final del concierto, ante la cierta pasividad del resto de la banda); pero creo que se nos quedó la sensación de que, pese a disfrutarlo, podía haber estado mejor.

Por cierto, al final del show pudimos hablar un ratillo con Myke Flyntz que nos confirmó que ya estaban trabajando en un nuevo álbum con Tirelli como vocalista (recordemos que Mike Di Meo, el anterior vocalista y que también grabó el último álbum en estudio con ellos, ya está a tiempo completo con MASTERPLAN), aunque nos dijo que sería algo “experimental” (ante el miedo que este tipo de palabras producen cuando hablamos de una banda tan clásica)… De todos modos, confiemos en RIOT que nunca han editado un disco malo o fuera de su estilo base hasta ahora.

Buen show y siempre un placer volver a escuchar el estilo tan característico de manos de la guitarra de Reale, además de los propios temas bandera del grupo, pero ya digo que, con respecto al conciertazo del 2005 en la sala Copérnico, ésta vez no salimos tan plenamente satisfechos. De todos modos, son RIOT y siempre es un lujo… aunque los conozcamos cuatro y vayamos a verles tres. (David Esquitino)