RANDY PIPER´S ANIMAL: “Virus” (Locomotive)

Aquí tenemos el ya tercer disco del proyecto en solitario del ex guitarrista inicial de W.A.S.P., Randy Piper. Además, desde el anterior trabajo cuentan con un cantante como es Rich Lewis, con un tono vocal y deje más que similar al del gran “Negrito sin Ley”, por si quedaba alguna duda de por dónde van los tiros. Si en el anterior “Violent new breed” protestábamos de una similitud excesiva con su ex banda pero sobre todo de encontrarnos con un sonido mucho más moderno y americanizado, en este “Virus” no cambia en absoluto la primera característica, pero sí aparece mucho más matizada la segunda: con un sonido actualizado pero a modo de evolución de W.A.S.P., sonando los temas muy heavies, roqueros, “ochenteros” en estructura y dando sentido a esa frase que esta vez sí tiene razón de ser: heavy metal clásico del siglo XXI.

Nos encontramos ante un álbum corto, directo, con buen nivel general de canciones (incluyendo además una versión más que interesante del “Zombie” de CRAMBERRIES, pasado por la batidora ANIMAL/W.A.S.P. más roquera) y que se nota que está más trabajado que su predecesor. Comenzando con la directa y atractiva “Cardiac arrest”, y siguiendo por buenas temas metaleros como “Can’t stop” (con excelentes guitarras y pegadizo estribillo), “Judgement day” (más movida y 100% de influencia Lawless), o la excelente “L.U.S.T.” (muy clásica y pegadiza, con grandes melodías, y menos W.A.S.P., …hasta que llega el estribillo), “Virus” deja muy buen sabor de boca. También encontramos una buena dosis de temas casi a medio tiempo, también absolutamente herederos de este tipo de cortes en los que Blackie siempre ha sido un maestro: una atractiva “Don’wanna die” (y más suave en sí), “Who’s next” (más poderoso y ralentizado) o “Shoot to kill” (y de lo mejor del disco con un estribillo excelente). De todas formas, ya digo que “Virus” hay que verlo de dos maneras: por un lado es un excelente disco de heavy metal clásico y melódico en la mejor tradición de las bandas americanas de mediados/finales de los 80, pero por el otro está tan influenciado por su pasado que es imposible disociar y valorarlo como tal, posiblemente como se merece. (David Esquitino)