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Crítica. Sabaton. The art of war

SABATON: “The art of war” (Black lodge):

Tras el cañonazo que supuso el anterior, “Metalizer” ya tenemos aquí el nuevo trabajo de estos interesantes suecos. Como ya es santo y seña de su estilo, de nuevo es una entrega épica, power metal a medio camino entre la vieja y nueva escuela y todo ello particularizado por la peculiar e inconfundible voz de Joakim Brodén (también principal compositor de la banda, por cierto). La temática sigue siendo 100% histórica y guerrera y en este caso se centra en el propio arte de la guerra (como bien indica el título) y en las batallas y/o “clanes” guerreros que han tenido fundada relevancia en la historia, aunque el disco está basado en un milenario manuscrito chino que habla precisamente del arte de la guerra. Quizás el principal cambio musical es una mayor preponderancia del sonido de teclado, aunque ya digo que todavía el protagonismo lo tienen las guitarras duras y pesadas, muy potentes y sobre todo la grave voz de Joakim, totalmente marcial y que va marcando el ritmo de los temas. El resto, puro heavy metal, y esos temas ya clásicos en SABATON que te meten la fuerza y espíritu guerrero en el cuerpo y te hacen macarrear y disfrutar bien a gusto de la música de los suecos. Hablando de canciones, por citar algunas que seguro que os harán levantar el puño y mover los pelos: la inicial “Ghost division” es un puntazo, potente, épica y pegadiza donde las haya; la propia “Art of war” es una apisonadora con ese ritmo más lento y machacón; “40:1″ es de las que más me han gustado, con un toque mucho más rápido y ese espíritu marcial y guerrero que caracteriza a la banda; la asfixiante “Unbreakable” es un auténtico himno de batalla, más lenta, a medio tiempo aunque comandado por un riff de guitarra superclásico; “Panzerkampf”, de inspiración rusa y de nuevo muy rítmica; “The nature of warfare”, más “hardroquera” y operística, y con regustillo a QUEEN incluso; “Firestorm” es más épica y pomposa, con voces corales de fondo y tipo banda sonora dura, y la movida y netamente heavy “A secret” para terminar. De nuevo, muy bueno. (David Esquitino)